Serie de Fibonacci
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Matemáticas en la naturaleza
Aunque nos pese, las matemáticas intervienen en todo lo que nos rodea. Nada podría concebirse si los números no existiesen. Nuestro principio, como nuestro futuro final fue y está pactado por una secuencia numérica |
La
espiral, serie de Fibonacci o secuencia áurea es muy conocida en el mundillo
matemático. A finales del s. XII, el matemático italiano Leonardo de
Pisa (1170-1240), quien era más conocido porFibonacci o hijo
de Bonaccio, un antigo conocido mercader de la ciudad de Pisa que
poseía negocios en el norte de África, describió esta fórmula como solución a
un problema de la cría de conejos. La fórmula ya había sido descrita con
anterioridad por matemáticos hindúes como Gopala y Hemachandra, que
investigaron los patrones rítmicos que se formaban con sílabas de uno o dos
pulsos. El número de tales ritmos (teniendo juntos una cantidad n de
pulsos) era F(n+1),
que es como sed representa al término n+1 de la sucesión de Fibonacci. Kepler
también escribió sobre dicha sucesión.
En el año 1202, Fibonacci publicó un
libro titulado Liber Abaci, en el
que incluyó varios problemas y métodos algebraicos. La conocida espiral,
denominada "sucesión de Fibonacci" aparece constantemente en la naturaleza.
Los podemos observar por ejemplo:
- Contando las
escamas de una piña. Tras observarla, te sorprenderás de que aparecen en
espiral alrededor del vértice en igual número a los términos citados en la
sucesión de Fibonacci.
- También en las
piñas del girasol. En ellas, se forman una red de espirales, unas que van en el
sentido de las agujas del reloj y otras al contrario, pero en cualquiera de los
casos siempre, las cantidades de unas y de otras son los términos consecutivos
de la sucesión de Fibonacci.
- En las ramas de
los árboles, en la flora de la alcachofa, en el arreglo de un cono o en la
disposición de las hojas en el tallo (hay que tener en cuenta que se
distribuyen buscando la luz del sol).
- El número de
espirales en numerosas flores y frutos también se ajusta a parejas consecutivas
de términos de esta sucesión: los girasoles tienen 55 espirales en un sentido y
89 en el otro, o bien 89 y 144.
- También está
presente en los huracanes, algunas galaxias, las conchas tipo trilobites...
- En partes corporales de seres humanos y
animales, como es el caso de: la relación entre la altura de un ser humano y la
altura de su ombligo, la relación entre la distancia del hombro a los dedos
y la distancia del codo a los dedos o la relación entre las articulaciones de
las manos y los pies.
- En el
arte: en los violines, la ubicación de las efes (los “oídos”, u orificios
en la tapa) se relaciona con el número áureo. También aparece en las
relaciones entre altura y ancho de los objetos y personas que aparecen en las
obras de Miguel Ángel, Durero y Da Vinci, entre otros.
- Otro ejemplo de la espiral Fibonacci lo
representa la ubicación en el espacio de laspirámides de
Gizeh.
Esta secuencia
tan querida por los aficionados a las matemáticas, se forma sumando los dos
elementos anteriores de la serie, es decir, 0, 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34,
55, 89, 144… Aparentemente, podría resultar una serie matemática cualquiera,
sin más relevancia, pero no. Además de ser muy importante en la aplicación de
diversas teorías (ciencias de la computación, matemáticas, configuraciones
biológicas y teoría de juegos), es muy curioso y no deja de llamar la atención,
como esta serie aparece en la naturaleza de una forma óptica.
La sucesión de
esta serie, se inicia con 0 y 1 y a partir de ahí cada elemento es la suma de
los dos anteriores. A cada elemento que forma esta sucesión se le denomina
número de Fibonacci.
El famoso
problema de los conejos
Y todo comenzó
con un problema de cría de conejos. Era el siquiente:
Cierto hombre tenía una pareja de conejos
juntos en un lugar cerrado y uno desea saber cuántos son creados a partir de
este par en un año cuando es su naturaleza parir otro par en un simple mes, y
en el segundo mes los nacidos parir también.
Así vemos que:
Como podéis comprobar en la imagen, el número de
parejas a lo largo de los meses coincide con los términos enunciados en la
sucesión. Más simplificado: la secuencia sirve para conocer el número de
parejas conejos que habrá en doce meses y también para saber si estos se
reproducen continuamente, así como si cada pareja de conejos produce una nueva
pareja de conejos (un macho y una hembra). Cada conejo se puede cruzar a la
edad de un mes, siendo su periodo de gestación un mes.
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